DISCAPACIDAD MENTAL- AUTISMO

 



Es un trastorno del neurodesarrollo que incluye un continuo, caracterizado por déficits en la comunicación e interacción social, en conjunto con patrones de comportamiento, intereses y actividades, repetitivos y restringidos. Pertenecen a este grupo el Síndrome de Asperger y el Autismo de alto funcionamiento. Para efectos de este artículo, es relevante enfatizar la heterogeneidad de las manifestaciones del TEA. De hecho, en el DSM-5 se establece la necesidad de puntuar la severidad del trastorno basado en los déficits de comunicación social y en los patrones repetitivos y restringidos de conducta (J.W. Harrington, 2014).

 Se definen tres niveles para dimensionar el nivel de funcionamiento:

  •         Nivel 1, requiere apoyo
  •         Nivel 2, requiere apoyo sustancial
  •         Nivel 3, requiere apoyo muy sustancial

Estos niveles de severidad son variables en el tiempo, dependiendo entre otros factores, de las etapas de desarrollo y de contextos ambientales que afecten al niño. Por lo tanto, no se recomienda su uso exclusivo en la decisión de elegibilidad para diferentes intervenciones; estas decisiones deberán incorporar un rango más amplio de factores. 

Por otra parte, se estima que hasta un 70% de niños y adolescentes con TEA tiene algún grado de discapacidad intelectual; muchos de ellos presentan importantes disarmonías cognitivas con fortalezas en habilidades viso espaciales y dificultades en los aspectos semántico-pragmáticos del lenguaje que pueden estar a la base de un trastorno de aprendizaje. Son comorbilidades frecuentes del TEA los trastornos de ansiedad, fobias, trastornos obsesivo-compulsivos, trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y conductas disruptivas. (R.E. Oliveras-Rentas, 2012).



5.1 EVALUACIÓN PSICOLÓGICA Y PSICOPEDAGÓGICA.

El autismo se diagnostica al observar las carencias en el comportamiento en tres áreas que son la interacción social, habilidad comunicativa y el rango de actividad e intereses, el cual es limitado.

Existen diferentes instrumentos para la detección del TEA, como listas de verificación, escalas de conducta y diversos test, entre otros, que es importante que los Docentes también conozcan. Algunos autores, como Dagoberto Cabrera (2007), han publicado cuestionarios que pueden ser una guía para la detección de este trastorno por parte de los docentes (Cuadro 1) y de esta manera sugerir a los padres la búsqueda de ayuda profesional, tanto para establecer un diagnóstico claro como para su intervención.

Para garantizar un diagnóstico preciso, se emplean cuestionarios y pruebas estandarizadas que permiten evaluar las características específicas del TEA. Algunas de las herramientas más utilizadas incluyen:

  • ADOS (Escala de Observación para el Diagnóstico del Autismo): Es una evaluación estandarizada y observacional que mide comportamientos específicos relacionados con el autismo.
  • ADI-R (Entrevista Diagnóstica para el Autismo): Es una entrevista estructurada que se realiza con los padres o cuidadores para obtener información detallada sobre el desarrollo temprano y los comportamientos actuales del individuo.
  • WAIS-IV (Escala de Inteligencia de Wechsler para Adultos): Se utiliza en adultos para evaluar posibles comorbilidades, como el TDAH o las altas capacidades.
  • MCMI-III (Inventario Clínico Multiaxial de Millon): Herramienta utilizada para evaluar trastornos de personalidad que pueden coexistir con el TEA.
  • AQ (Cuestionario del Autismo) y EQ (Cociente de Empatía): Instrumentos que evalúan características del espectro autista y la capacidad de empatía, respectivamente.
  • STAI (Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo) y BDI (Inventario de Depresión de Beck): Estas pruebas se utilizan para medir el nivel de ansiedad y depresión, que suelen ser comorbilidades comunes en personas con TEA.

Criterios Diagnósticos del DSM-5

El DSM-5 establece criterios claros y específicos para el diagnóstico del TEA. Para que se realice un diagnóstico formal, la persona debe mostrar síntomas en dos áreas principales:

Déficits persistentes en la comunicación social e interacción social: Estos déficits pueden manifestarse en la reciprocidad social, en comportamientos comunicativos no verbales utilizados para la interacción social, y en el desarrollo y mantenimiento de relaciones.

Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades: Estos pueden incluir movimientos motores estereotipados o repetitivos, insistencia en la rutina, intereses fijos altamente restringidos o hipersensibilidad o hiposensibilidad a los estímulos sensoriales.



 5.2 MATERIALES DE ESTIMULACIÓN.

1.Juegos Sensoriales

El desarrollo sensorial es clave para los niños con autismo, ya que les ayuda a procesar mejor los estímulos del entorno. Algunas actividades recomendadas son:

  • Cajas sensoriales: Llena cajas con diferentes texturas como arroz, arena, algodón o bolitas de gel. Permite que exploren con las manos y describan lo que sienten.
  • Botellas sensoriales: Llena botellas de plástico con agua, brillantina, cuentas de colores o botones flotantes. Ayuda a calmar y enfocar la atención.
  • Pintura con los dedos: Utilizar pintura lavable permite a los niños experimentar con los colores y texturas, fomentando la creatividad y la motricidad fina.

2. Actividades para Mejorar la Coordinación Motriz

Fomentar la motricidad gruesa y fina es esencial para el desarrollo de habilidades diarias. 

  • Circuitos de obstáculos: Usa cojines, cajas y cintas adhesivas en el suelo para que los niños caminen, salten o pasen por debajo.
  • Ensartar cuentas o macarrones: Ideal para mejorar la motricidad fina y la concentración.
  • Jugar con plastilina: Manipular plastilina fortalece los músculos de las manos y permite desarrollar la creatividad.

3. Juegos para el Desarrollo del Lenguaje y la Comunicación

El lenguaje puede ser un desafío para algunos niños con autismo, estas actividades pueden ayudar a mejorar sus habilidades comunicativas.

  • Tarjetas de pictogramas: Usa tarjetas con imágenes de objetos, acciones o emociones para que identifiquen y nombren lo que ven.
  • Juegos de imitación: Hacer gestos y pedirle al niño que los copie puede reforzar la comunicación no verbal.
  • Cuentos interactivos: Leer libros con imágenes llamativas y hacer preguntas sobre la historia fomenta la comprensión y el diálogo.

4. Actividades de Interacción Social

Fomentar el juego en grupo es esencial para que los niños con autismo aprendan a relacionarse con los demás.

  • Juegos de turnos: Actividades como «Simón dice» o «La pelota viajera» ayudan a mejorar la espera de turnos y la interacción social.
  • Teatro de títeres: Usar títeres para representar situaciones cotidianas puede ser una excelente herramienta para enseñar habilidades sociales.
  • Juegos cooperativos: Actividades como construir una torre de bloques en equipo fomentan la colaboración y la paciencia.

5. Actividades de Relajación y Regulación Emocional

Para ayudar a los niños con autismo a gestionar sus emociones y reducir la ansiedad.

  • Respiración profunda: Enseñarles a inhalar y exhalar lentamente puede ayudarles a calmarse en momentos de estrés.
  • Masajes con pelotas suaves: Rodar una pelota de espuma o goma por su espalda o brazos puede proporcionar una sensación de calma.
  • Música relajante: Escuchar melodías suaves o sonidos de la naturaleza puede ayudar a la regulación emocional.

Entonces entendemos que los niños con autismo tienen necesidades específicas en cuanto a su desarrollo y aprendizaje. Es fundamental proporcionarles actividades que promuevan la comunicación, la coordinación motriz y la interacción social. 

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